GORE-TEX TRANSALPINE-RUN 2008

Los datos ya los conocéis muchos de vosotros: 8 días a pie, 290 kms, 14200 m de desnivel positvo por los Alpes alemanes, austriacos e italianos. Es la Transalpina, una carrera que pese a llevar pocos años, empieza a consolidarse como una de las más prestigiosas del mundo. Tiene la particularidad de que se corre por parejas.

Mi compañero – el diablo que me tentó para esta aventura - es Dabid Bernardo, gran amigo y consagradísimo atleta olesano (30’ 12” en 10000…). En su favor, su físico, en contra, su inexperiencia en montaña, que puede pagar en los largos descensos, por la falta de adaptación de su musculatura. Conseguimos que la inscripción la cubra Sprays Montana – La Panxa del Bou (gimnasio de Sabadell) y el material deportivo Joma, el club de David, y al final Julia nos seguiría en coche de etapa en etapa y sería masajista, curandera, apoyo logístico, buscando los hoteles…

Primera salida

Cada mañana, la salida es increíble. Suena a todo volumen Highway to Hell (autopista hacia el infierno; muy apropiado) de ACDC… el corazón parece a punto de estallar, la gente enloquece, dando palmas, botando, gritando… en el momento álgido nos sueltan, y a ver quién pone un ritmo razonable con la inyección de adrenalina…

Casi todas las etapas comienzan con unos 10 kilómetros prácticamente llanos. Puede parecer una ventaja, pero en el fondo lo que hace es que el desnivel se suba en menos distancia = cuestas más duras, y un desgaste psicológico de estar una hora rodando, cuestionando si el ritmo es adecuado, hasta cambiar el chip en la subida. La primera etapa, en teoría, no había de ser muy dura, pero lo cierto es que acabamos exhaustos y con las piernas destrozadas. Sin embargo, tenemos en la cabeza el segundo día, que es el que más acojona, con 48 Kms por delante y un desnivel de 2700 positivos. Es una etapa muy bonita. En el descenso perdemos muchas posiciones, ya que David va bastante apajarado; llegamos a meta muy abatidos, pero contentos.

7 horas 15' de etapa!

La cuarta etapa pinta durísima: 46 kms. Es realmente preciosa, estamos cruzando unos valles totalmente vetados a los vehículos motorizados, pasamos junto a un circo precioso y unas cascadas terribles. Llego con la sensación de que ha costado mucho llegar a meta, y tal como la paso, se me saltan las lágrimas. Ya tenemos la mitad!

La Fusión de Bola de Drac (ya no sabíamos cómo salir en el video que pasaban cada noche...;)

Es curioso cómo han evolucionado nuestras piernas durante la carrera. Después de la primera etapa, que nos habíamos tomado con mucho cuidado y tenía pocos descensos, que es donde muscularmente más desgaste hay, estábamos destrozados. En la segunda, un poquito más. Pero a partir de ahí, la sensación fue que cada mañana estábamos un poquito mejor que la anterior. ¡Llegó un día que podíamos incluso agacharnos calentando!

Nos lo habían avisado: La quinta etapa es muy dura psicológicamente. Te despiertas cansado, endolorido, harto de una rutina demasiado surrealista, sabiendo que te queda mucho por delante. Todo duele demasiado y encima esta etapa parece más de transición que otra cosa, con más desnivel de bajada que de subida, demasiado llano y demasiado asfalto… estamos cansados!

Las yagas no perdonaban...

Sin embargo, esta etapa será en cierto modo un punto de inflexión. Salimos a un ritmo diferente a los demás días, un ritmo demasiado parecido a una cursa un solo día. Yo estoy preocupado, acojonado, pero mi compañero no da tregua: intentamos seguir a los compañeros de Mountain Runners, los segundos catalanes, hasta el momento inalcanzables; también intentamos que no nos gane ninguna pareja mixta: hasta el momento nos han dado caña cada día unas cinco parejas mixtas! En el pico, 1000 metres de desnivel, una cifra que la relatividad ha hecho que ya no nos parezca gran cosa, me animo y todavía le meto más caña, ¡me tienen que ir frenando! Al llegar a meta nos sorprende la posición: quintos en la categoría. Pensar que el tercero está tan cerca... pero somos conscientes que son inalcanzables, ¡si los tres nos sacan 5 horas en la general! Sin embargo… Las ceremonias de premios son increíbles. Música, animación, unas 700 personas gritando… esa noche, en la ceremonia de premios nos imaginamos allí arriba… hablándolo, me animo y digo que quiero estar allí mientras aporreo la mesa. Un alemán de 2 metros que está con el portátil me pide que pare… ups!

Y lo que tenía que ser una anécdota, al día siguiente se convierte en un sueño y más tarde en realidad. Un sueño, la primera parte de la etapa, 12 Kms de ascensión en la que ponemos un ritmo tremendo. Adelantamos y dejamos atrás a todos los que considerábamos inalcanzables. En el km 10 sólo tenemos una pareja delante, y empieza el pico, que es muy duro. El paisaje vuelve a ser tremendo, increíble, aunque esta vez no lo disfruto nada. Sólo me da tiempo a mirar por dónde piso, a seguir los pasos del de delante. No nos engañamos, sabemos que pinchamos en la bajada, y hoy precisamente es un descenso difícil, con partes en las que incluso se prohíbe correr. Sien embargo, según bajamos el sueño se va convirtiendo en realidad, llevamos un ritmo buenísimo, nadie nos pasa… nos acercamos al pueblo, vamos segundos sénior, la gente anima muchísimo, creo que la adrenalina me hace correr por debajo de 3… y está la meta!!! ¡Hoy volvemos del infierno coronándonos!

Increíble la entrada...

El día siguiente, contra todo pronóstico, vuelve a ser una locura. Yo no necesito estar ahí otra vez (tenemos por delante la segunda etapa más dura, y los cuerpos acusan demasiados dolores), sólo pienso en la general, pero David tiene una mentalidad de ganador en la que no cabe la idea de relajar hoy. Salimos liderando la Transalpina, con un par! Llega la primera subida de verdad y los italianos se deshacen de nosotros como quieren… por algo han ganado esta carrera ya tres veces!
No me ensañaré escribiendo, pero hoy sufro como nunca. Las yagas bajando me hacen casi saltar las lágrimas, pero con aquellos lemas que desde pequeño me han acompañado (no hay dolor!!) y por los que siempre me han llamado flipado, me impongo al dolor, al miedo a todo lo que queda, y consigo no perder a David. Aún flipando, pero ya sin la ilusión del día anterior, moviéndonos por inercia, llegamos a meta. ¡Segundos otra vez!

Pódium: pequeño homenaje el Prat (el gorrito naranja, a pesar de las quejas de mi compi jeje ;)

Última etapa. No es precisamente una pachanga o una transición, no, es dura de cojones, en plenos Dolomitas, con un pico durísimo que se cobrará unas cuántas pájaras… incluida la de mi compañero, David. Le pega fuerte, pero se sobrepone muy bien a ella. Lo acordado era que ya nos daba igual el podio. Pero soy un depredador. He probado la sangre y quiero más, no me conformo, y además me encuentro con fuerzas para morder a quien haga falta… pero al final no puede ser, y una vez asumido, se trata de terminar esta durísima etapa y disfrutar los últimos kilómetros antes de alcanzar la gloria del finisher. El ambiente en meta es indescriptible. Es un momento mágico.

Lo hemos conseguido. Todo el sufrimiento queda atrás. Los 15 de la general, algo que jamás hubiéramos soñado, pero ni eso importa ahora, lo hemos conseguido, somos finisher! Una experiencia increíble y absolutamente enriquecedora que recomiendo a todo el mundo.

Vídeo de la fiesta final, todos los finisher enloquecidos...(está un poquito movido pq el que lo grababa se incluye!)

Necesito más, y no sé qué me pasa últimamente, que me visualizo demasiado a menudo corriendo por el desierto… Sables 2010!! ¿alguien se apunta…?

Carlos Luis